2014年11月21日星期五

Pedida de mano en el estadio de beisbol

A mis amigas les encanta que les platique como es que mi marido me pidió que me casara con el. Ya que fue algo sorprendente. Pero para contarles esta historia, primero es necesario que sepan que a marido y a mi nos encanta el béisbol. De hecho nos conocimos en un estadio de béisbol.

Así que nuestra historia romántica siempre está ligada a un parque de pelota. Normalmente íbamos juntos a ver a nuestro equipo contra el rival mas odiado de toda la liga. Veíamos toda la serie, los 3 partidos, pero en esa ocasión, para el segundo de la serie me pidió que me fuera con alguna amiga y me dio un boleto de cortesía que le había regalado un amigo y que él llegaba un poco más tarde al estadio porque iba a salir tarde del trabajo. Total, eso era algo común y no se me hizo nada raro. Asi que mi amiga y yo nos fuimos al estadio.

Llegamos a nuestros lugares y nos acomodamos para disfrutar el gran partido. Al terminar la primera entrada, llegó uno de los vendedores con una rosa diciéndome: “aquí le mandan esto señorita” y rápidamente se fue. Era una rosa hermosa, sin tarjeta, ni nota, ni nada. El vendedor se fue tan rápido que ni me dejó preguntarle nada. Al terminar la segunda entrada pasó igual, llegó otro vendedor con otra rosa y también rápidamente se fue. Para la tercera entrada fue igual, llegó otro vendedor y me dejó otra rosa, llegó la cuarta entrada y en esta ocasión me entregaron una rosa que traía una pequeña bolsa de organza atada al tallo que traía una argolla falsa de matrimonio. Mientras tanto, el partido fue avanzando y a eso de la 5ta. Entrada ya se me hacía raro que mi novio no llegara y no me contestara el celular. Eso me estaba inquietando y preocupando al mismo tiempo. Y yo con 4 rosas, ¿qué le iba a decir?.

Solo confiaba en que todo fuera bien, de repente, que sale la mascota del equipo. Se sube a las gradas, empieza a hacer su show, lentamente se fue acercando a nuestros lugares y cuando llegó empezó a bailar enfrente de mi, enseguida se agregó un trío, llegó una persona del staff, le pasó el micrófono a la mascota, que se quita la cabeza de la botarga y !era mi novio!. Vestido como la mascota de nuestro equipo favorito, con música de trío de fondo y una cajita de anillo de compromiso en la mano. El sonido local pidió silencio, nos sacaron en la pantalla, mi novio me preguntó que si me quería casar con él y todo el estadio empezó, Sí, Sí, Sí … se acercó el fotógrafo, tomo algunas fotos del momento y cuando dije SI, todos aplaudieron, las rosas siguieron llegando cada fin de entrada con románticos mensajes escritos de puño y letra de mi novio. Ese día entre como una amiga y salí con 9 rosas, un anillo de compromiso, una propuesta de matrimonio y una perspectiva diferente de la vida.

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